La historia del gato habana comienza en Inglaterra ya que existía un grupo de británicos que decidió lograr un mejor desarrollo de un gato marrón. Para ello se hicieron cruces con gatos siames de color Chocolate y gatos negros de pelo corto. En The Governing Council of the Cat Fancy (GCCF) lo reconoció como raza en 1958 con el nombre Chestnut Foreign Shorthair, el cual cambiaron a Habana en 1970. Como curiosidad el nombre “habana” no tiene relación con Cuba, sino por el color tan parecido al de un habano.
Hacia mitad de la década de 1950 llega esta raza a Estados Unidos para configurar la raza Habana Brown. Posteriormente, The International Cat Association (TICA) aceptó para campeonatos a la raza habana brown y cambió su nombre a Habana de nuevo.